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Sardas

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Historia

El vertedero de Sardas se ubica a menos de 1 km al este del casco urbano, ocupando una superficie de unas 4 ha junto al río Gállego.

En la década de los 60, se comenzó a verter diversos tipos de residuos en una cárcava existente junto al río Gállego, incluyendo residuos industriales de la producción de lindano y otras industrias químicas, entre ellos, residuos sólidos y líquidos de HCH, mercurio, sosa, hipoclorito, dicromatos, ditiocarbamatos, residuos sólidos urbanos, residuos de construcción y demolición, etc.

El vertedero de Sardas fue colmatado de residuos y abandonado en la década de los 80. Se estima que entre 50.000 y 80.000 m³ de residuos de isómeros de HCH sólidos en forma de polvo y 3.000 m³ en forma líquida (DNAPL) fueron allí vertidos. Tras su abandono, se comenzó a emplear un nuevo vertedero situado en el cercano barranco de Bailín para depositar los residuos generados por la producción de lindano.

El vertedero de Sardas alcanzó su colmatación en los años 80, con un volumen de más de 400.000 m³ de residuos. A principios de la década de 1990 fue construida la variante de la N-330 y su trayectoria cortó el frente del vertedero. Con la construcción de estas obras, unos 50.000 m³ de residuos del vertedero fueron trasladados a la parte baja del emplazamiento.

Con posterioridad de la construcción de la variante de la carretera N-330, el vertedero fue sellado de forma superficial y lateral. El sellado consistió en la construcción de las pantallas perimetrales y frontal de cemento-bentonita.

La superficie del vertedero fue sellada con lámina polietileno de alta densidad termosoldada y cubierta de una capa drenante de grava y finalmente con tierra vegetal. 

Los aproximadamente 50.000 m³ de residuos depositados en la parte inferior del emplazamiento durante la construcción de la variante, no fueron incluidos en el sellado y quedaron situados junto al embalse adyacente al emplazamiento.

Depuradora

Depuradora de Sardas

El proceso de depuración de la depuradora de Sardas se basa en un sistema de tratamiento de los lixiviados mediante proceso físico-químico, con un filtrado de arena previa a la fase de adsorción con filtros de carbón activo, lo que permite reducir la concentración de los compuestos organoclorados, así como de todos los componentes, volátiles y semivolátiles.

El caudal de tratamiento se dimensiona al doble de capacidad del caudal permitido en la autorización de vertido, con un doble objetivo:

  • Permitir el tratamiento de un caudal superior en caso de ser necesario, en previsión de futuras actuaciones en la zona afectada por la contaminación.
  • Conseguir un incremento en el tiempo de permanencia en filtros que permitirá un vertido de mejor calidad.
  • Permitir trabajos de mantenimiento sin necesidad de interrumpir una línea de depuración. Para una mejor maniobrabilidad y explotación de la depuradora, se optará por elementos similares en las dos líneas.

De esta forma se define el sistema de tratamiento para un caudal de 120 m³/día en dos líneas capaces de tratar el 100% del caudal durante 24 horas al día, por lo tanto, el sistema de tratamiento se compondrá de 2 líneas de 5 m³/h de capacidad cada una. Además, debido a la complejidad de los compuestos presentes en las balsas, se ha previsto una segunda etapa con un filtro adicional de carbón activo para poder aumentar el tiempo de contacto en caso necesario.

Los efluentes del vertedero de Sardas se vierten en dos balsas de regulación para el agua de entrada al proceso de filtración, unos 2.520 m³ de capacidad útil aproximada una de ellas y con una capacidad útil aproximada de 2.062 m³ la otra.

Monitorización de las aguas subterráneas

Tanto en la superficie que ocupa el vertedero de Sardas, como en zonas próximas al mismo, existe una red de monitorización del agua subterránea que cuenta con más de 220 sondeos, de entre diez y cincuenta metros de profundidad.

Por otro lado, esta red de monitorización sirve para el control del agua subterránea, que se realiza mediante la toma de muestras de agua en sondeos y su análisis, llevada a cabo de manera continua y sistemática en toda la red, con distintas periodicidades en función de las características de cada sondeo.

Además, los sondeos de la red se utilizan también para la contención de la pluma de contaminación. Varios de los sondeos tienen instalado un sistema neumático mediante el cual se extraen de agua contaminada y fase densa. El agua contaminada se trata en la depuradora del propio emplazamiento, mientras que la fase densa se lleva a una planta externa para su tratamiento final.